Utiliza la energía de forma eficiente y sólo la que necesites en cada momento. Puedes reducir el consumo energético y las facturas manteniendo el confort y el bienestar mediante unos sencillos consejos.
- La mayoría de los equipos domésticos disponen de una etiqueta energética. Elige los más eficientes.
- El frigorífico tiene un alto consumo de electricidad porque está encendido todos los días, 24 horas. Ajusta el termostato para mantener una temperatura de 5ºC en el compartimento de refrigeración y de -18ºC en el de congelación.
- Aprovecha al máximo la capacidad de tu lavadora o lavavajillas, procurando que trabajen a carga completa y a bajas temperaturas.
- Aprovecha el calor del sol para secar la ropa.
- Elije el tamaño de los electrodomésticos en función de tus necesidades y realiza un buen mantenimiento de éstos.
- Desenchufa los aparatos eléctricos cuando no estén en uso.
Las etiquetas energéticas ayudan a los consumidores a elegir productos que utilizan menos energía y que, por lo tanto, ahorran en la factura energética, siendo más respetuosos con el medio ambiente. A partir del 1 de marzo la escala de las etiquetas energéticas a nivel europeo se revisa y cambia para hacerla más entendible para los consumidores.
Más información sobre la etiqueta energética de electrodomésticos.
- La iluminación representa el 18% del consumo total de tu vivienda. Sustituye las bombillas tradicionales por otras de bajo consumo (que pueden alcanzar ahorros en torno al 80% y duran hasta 8 veces más que las incandescentes) y por lámparas eficientes, como las LED (que duran hasta 4 veces más que las de bajo consumo y hasta 40 veces más que las incandescentes). La fabricación de halógenos e incandescentes está prohibida en la Unión Europea, no así la venta de stocks almacenados.
- Apaga las luces cuando no sean necesarias y aprovecha la luz natural.
- Mantén limpias pantallas y lámparas.
- Coloca detectores de presencia en zonas de poca utilización, como garajes.
- En exteriores, reduce al mínimo la iluminación artificial.
- Elige las lámparas que se ajusten mejor a las necesidades de cada estancia y da preferencia a la iluminación localizada. Así podrás reducir la potencia eléctrica instalada y el consumo energético.
- Ten en cuenta la zona climática en la que vives, las dimensiones de la vivienda, el número de personas que habitan en casa. No olvides el etiquetado energético.
- Usa un sistema de calefacción que permita regular la temperatura de forma individualizada, optimizando el uso en función de la ocupación y características de la estancia. En verano, 26°C es una temperatura adecuada. En invierno, una temperatura entre 19°C y 21°C es suficiente.
- En una vivienda, el 20% de la energía consumida se utiliza para calentar agua. Una caldera (de calefacción y/o agua caliente sanitaria) de alta eficiencia energética puede ahorrar más de un 25% de energía.
- Haz uso de protecciones solares, como persianas, toldos y cortinas en las ventanas.
- Si tu sistema de calefacción es centralizado, instala contadores individuales, así pagarás sólo lo que consumes.
- Con un adecuado aislamiento en paredes, cubiertas, ventanas y puertas se evitan fugas de calor durante la época invernal y la entrada de éste en verano.
- Los sistemas de doble acristalamiento de ventanas, con cámara de aire en su interior, evitan pérdidas de calor, infiltraciones de aire, condensaciones o formación de escarcha respecto al acristalamiento sencillo y mejoran el confort.
- Instala burletes adhesivos o bandas de espuma sintética para evitar infiltraciones de aire en ventanas, puertas y en la caja de persiana.
Los sistemas domóticos pueden reducir en un 25% el consumo energético de un hogar, ya que permiten conocer el consumo energético para administrar racionalmente el funcionamiento de los aparatos eléctricos. Podrás así gestionar inteligentemente la iluminación, la climatización, el agua caliente sanitaria, el aire acondicionado, los equipos de música y televisión, la lavadora, los aspersores de riego e, incluso, la cafetera.
Si incorporas energías renovables para cubrir las necesidades de calefacción y/o agua caliente ahorrarás en tu factura energética y reducirás el consumo de combustibles fósiles, con la consecuente disminución de emisiones de CO2 a la atmósfera.
Son muchas las posibilidades que te ofrecen las renovables en tu hogar: paneles solares para calentar agua, instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo eléctrico, estufas de biomasa para calefacción o energía geotérmica para suelos radiantes.
Las comunidades y asociaciones vecinales pueden reducir el gasto de energía:
- Adoptando buenos hábitos de consumo. Gestos sencillos como evitar el uso abusivo del ascensor o apagar las luces cuando no son necesarias, ahorran energía y dinero, sin coste alguno.
- Usando equipos de alta eficiencia energética. Las agrupaciones de viviendas poseen servicios comunes que consumen grandes cantidades de energía. Mediante la instalación y renovación de equipos eficientes se pueden conseguir importantes ahorros en el consumo de alumbrado interior y exterior, ascensores o climatización del edificio.
- El uso de lámparas LED, detectores de presencia y temporizadores en el interior, pueden conseguir ahorros de al menos un 40%.
- Instalando equipos de microcogeneración que permiten obtener simultáneamente energía eléctrica y térmica (por ejemplo, para calentar agua o para iluminar zonas comunes).
- Realizando una adecuada gestión y mantenimiento energético de los servicios comunes se pueden alcanzar ahorros superiores al 20%. Recurrir a un gestor energético puede significar una notable reducción en los costes energéticos, así como una mejora continua en los servicios comunes. Además, la normativa vigente, Real Decreto 1027/2007 por el que se aprueba el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios, obliga a realizar un mantenimiento adecuado de las instalaciones con el objeto de garantizar la eficiencia energética de las mismas.
- Rehabilitando el edificio teniendo en cuenta los criterios energéticos se puede llegar a consumir menos de la mitad que el mismo edificio sin rehabilitar.
Los propietarios o inquilinos de una vivienda pueden conocer el grado de eficiencia energética previamente a su compra o su alquiler si conocen la calificación energética del edificio. Esta calificación energética se incluye en el conocido como certificado de eficiencia energética. Los edificios con alta calificación energética (clase A) consumen hasta un 60% menos de energía respecto a los de baja calificación (clase D).
Tan importante como elegir instalaciones eficientes en consumo y realizar una óptima gestión energética de los edificios, es construir con criterios de eficiencia energética que aprovechen el uso de recursos naturales y minimicen así el impacto ambiental de las nuevas construcciones durante su uso. Esta forma de construir define en gran medida la calificación energética de un edificio y determina el posterior consumo de energía. Algunos ejemplos de criterios que son recomendable tener en cuenta en el diseño de nuevos edificios son: elección de orientaciones optimas, fachadas y cubiertas de baja transmisión térmica entre el interior y el exterior del edificio, elementos de sombreado, aprovechamiento de la luz natural, ventilación natural, etc.
El pasado 1 de junio de 2021 entraron en vigor las nuevas tarifas eléctricas donde se separan los peajes (dependientes de la CNMC), de los cargos (competencia del Gobierno de España). Así, la tarifa doméstica y de pymes, con una potencia contratada inferior a 15 kW, cuenta con tres periodos de consumo: P1 Punta (horas caras), P2 llano (horas medias) y P3 valle (horas baratas). También se podrán contratar dos valores de potencia diferentes.